2 de diciembre de 2010

LA REVOLUCIÓN DE LAS SOMBRILLAS AMARILLAS

Todo comenzó hace casi dos meses. Al inicio como una simple vigilia frente al Congreso Nacional, tres días a la semana, asumidos los derechos ciudadanos consagrados en la Constitución de la República (del 26 de enero de 2010). Luego se fue extendiendo, los lunes frente al Ministerio de Hacienda y los viernes frente al Palacio Nacional, luego al interior del país, a las redes sociales, los medios de comunicación, como una ola creciente que lo fue llenando todo. Los símbolos del poder recibían esta movilización inesperada como algo que pensaban que no tendría mayores efectos ni repercusiones en las decisiones cuasi tomadas. Pero se equivocaron.

De unos pocos, pasaron a ser cientos los que encontraron en la protesta pacífica y en la ostentación de las sombrillas, el color amarillo y el reclamo del 4% para Educación (en el Presupuesto Nacional de 2011), una oportunidad para mostrar el poder ciudadano, la creatividad y la inteligencia del pueblo dominicano. Ha sido tanto el revuelo armado que no existe un sólo lugar de la geografía nacional donde no se conozca y hable del tema. Quienes pensaban que estábamos dormidos, se han asustado y mucho, al ver el despertar de las esperanzas colectivas. La ley ampara el reclamo. La violencia desde los aparatos represivos y las voces en contra, no han encontrado eco ni han podido restar brillo a la demanda.

Y es que están en juego aspectos fundamentales del presente y futuro de la nación: equidad e igualdad, capital humano y social, libertad y derechos fundamentales, competitividad, democracia y desarrollo. Si el reclamo no era ahora que aún estamos a tiempo, ahora que hemos crecido y según los pronósticos lo seguiremos haciendo en el campo económico, para cuándo lo íbamos a dejar. La postergación de las prioridades en nuestra tierra, sólo han servido para profundizar el "pesimismo histórico" que algunos creen  que nos caracteriza y el cual apuestan a que siga siendo un medio para dominarnos.

Toca pues, seguir apoyando esta causa noble, justa y digna desde la posición y el lugar en que nos encontramos. Apoyar esta iniciativa colectiva y aprovechar las oportunidades que se nos ofrecen, como la del próximo lunes 6 de diciembre, a la que estamos siendo convocados/as para mostrar nuestra adhesión y compromiso con esta que me gusta llamar desde sus inicios: "LA REVOLUCIÓN DE LAS SOMBRILLAS AMARILLAS". Creo que vale la pena sumarnos. Es cuanto.

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